Radiografía de un fracaso nacional y popular


El Ministerio de Interior y Transporte, que comanda Randazzo, desplazó a la gerenciadora privada empresario-sindical que manejaba el ferrocarril Belgrano Cargas desde 2006 y, tras una intervención de 90 días, se aprestaría a transferir la operación a la empresa estatal Sofse. Hasta ahora, la línea de cargas -cuyos sueldos paga el Estado, entre otros subsidios- era manejada por la SOE, una sociedad que lidera el grupo de Franco Macri secundado por Roggio, Romero y los gremios de La Fraternidad, la Unión Ferroviaria y Camioneros. Fue Ricardo Jaime, el ex secretario de Transporte procesado por la masacre de Once, quien a mediados de 2006 declaró a la empresa en “estado de emergencia” y contrató en forma directa a la SOE, que en aquel momento encabezaban Macri y una compañía china.
El secretario general adjunto de la Unión Ferroviaria (UF) a cargo de la titularidad del gremio, Sergio Sasia, saludó la decisión y dijo que “la Unión decidió la transferencia de su paquete accionario a favor de su legítimo origen, es decir, el patrimonio nacional en manos del Estado” (cable de Télam, 25/10).
La hipocresía de Sasia no tiene límites. La UF no cedió nada, sino que fue desplazada luego de protagonizar primero y colaborar después en el desguazamiento del Belgrano Cargas desde que Menem se lo entregara a Pedraza como premio a la complicidad gremial con el despido de 80 mil ferroviarios, el cierre de ramales y la destrucción del convenio ferroviario. Al igual que Aerolíneas Argentinas, la situación legal del Belgrano Cargas aún se encuentra en una nebulosa, ya que la concesión sigue estando legalmente encabezada por una sociedad que controla el gremio de Pedraza.
Hasta esta intervención, la esposa de Pedraza revistaba como miembro del directorio y, acompañando el vaciamiento de la empresa, surgió como “dirigente” el propio Sasia, quien desde noviembre reemplazará a Pedraza como secretario general de la UF gracias a un proceso electoral de lista única.
El Belgrano Cargas representa un verdadero fracaso nacional y popular, ya que ni la operación en manos de la burocracia ni en manos de los empresarios nacionales (Macri, Roggio y Romero) fue capaz de revitalizar esta enorme red de transporte de carga.
Ahora, el manejo del Belgrano Cargas quedaría a cargo de la compañía estatal Sofse que conduce Guillermo Cháves, cuñado del ex gobernador bonaerense Felipe Solá y hombre de confianza de Randazzo. Dentro de la Sofse, ya se armó un equipo encabezado por Alfredo Cargniello (un ex directivo del grupo Romero, que maneja la gerencia general) para operar esta empresa de cargas.
Por otra parte, la Comisión Nacional de Regulación del Transporte denunció ante la Justicia a la empresa América Latina Logística por el mal estado de los ramales de carga en varias provincias.
All Logística tomó posesión por 30 años de los ex ramales Buenos Aires al Pacífico (BAP) y el Ferrocarril Mesopotámico Urquiza (Meso) en 1999, luego de que el Estado, en 1993, le hubiera adjudicado ambos corredores a Impsa. De capitales brasileños, la firma aquí divide sus negocios en All Central y All Mesopotámico. En este caso, podríamos hablar de un fracaso de la “unidad latinoamericana” y del Mercosur, ya que el grupo vaciador se proclama en su página web -como “la mayor empresa logística de América Latina”.
All es candidata también a una rescisión contractual por parte del Estado nacional y a ser transferida a Sofse, por el estado desastroso de la concesión. Es la misma radiografía que podría hacerse del Belgrano Cargas, cuya recuperación deberá costarle una multimillonaria inversión, por la vía del endeudamiento, al Estado nacional, en seguro beneficio de las multinacionales de la soja y la minería, las que esperan abaratar sus costos de transporte de la materia prima que enajenan a precio vil.
Jorge Hospital

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