Las elecciones en la Unión Ferroviaria

La Verde fue con lista única nacional y triunfó en todas las seccionales con la sola excepción de Haedo, del Sarmiento, donde ganó la Bordó. Esa especie de fusión empresarios-Estado-sindicalistas, que domina los ferrocarriles, aún se sigue imponiendo a la hora de una elección.
La burocracia se despegó electoralmente, en forma sigilosa, de Pedraza, Fernández y la patota, encarcelados por el crimen de Mariano Ferreyra, y reafirmó su compromiso con el gobierno K.
Pintada gris por la Violeta-Bordó en
GBA de la Costa
El operativo “recambio” fue monitoreado directamente desde el Ministerio de Trabajo. La Azul y Blanca, que presentó lista propia en las pasadas elecciones de delegados del Roca, votó esta vez a la Verde. La Verde sacó de las listas a los elementos más notorios de la patota, fundamentalmente en el Roca (caso Amuchástegui y otros provocadores), y trató de aparecer como expresión de cambio, ligada al kirchnerismo. Ello no queda desmentido por los carteles exhibidos en la re-inauguración de la seccional Victoria, en el Mitre, contra los “trapos rojos”, porque el cambio es de alineamiento político, de ningún modo de metodología.
En el Roca, la Lista Verde -con el apoyo de la Azul y Blanca- obtuvo el 75% de los votos. Pero fue notorio el ausentismo a la elección: votó un 50% del padrón (2.865) y hubo una pronunciada caída del voto en los jubilados.
Pintada gris en el Roca.
La izquierda en el Roca fue dividida, a diferencia de lo que ocurrió en todos los otros ferrocarriles, incluido el Sarmiento, donde hicimos frente con dos agrupaciones más. En el Roca, se integró a la Gris un compañero de la Violeta, como testimonio de nuestra vocación frentista, lo que no pudimos concretar con la Naranja (PTS).
La suma de ambas listas, Gris y Naranja (718 votos), redondeó la misma votación porcentual de la anterior elección del cuerpo de delegados, un 25%, pero esta vez sólo votaron los afiliados; la Naranja obtuvo el 14,5% y la Gris el 9,5%. Esta votación indica dos cosas: que potencialmente hay una firme base opositora a la Verde. La Gris ganó en los talleres de Remedios de Escalada, centro de su trabajo político, y la Naranja acreditó un trabajo en vía y obras, y en Constitución.
La campaña de la Gris estuvo muy marcada por el proceso más general de la lucha contra el juicio y castigo a la patota: los candidatos de la Gris son, de hecho, un símbolo de esa lucha. Hicimos el eje de la campaña electoral en la expulsión de los socios de los asesinos de Mariano Ferreyra del sindicato. Para nosotros y para todo el activismo que rodea nuestra lista, la elección es un episodio en la lucha nacional contra la patota. La consigna “Fuera los socios de Pedraza” tenía esa implicancia educativa, en especial cuando el oficialismo hacía campaña por la “renovación verde”. No podíamos hacer de esta elección una suma de reivindicaciones por afuera de la lucha integral que está planteada en el propio juicio en curso. Nuestra propia boleta llevó el nombre y la foto de Mariano Ferreyra. Por encima de la propia elección, está en juego una campaña política nacional contra la burocracia, las patotas y sus métodos de muerte y represión, que abarca también otros gremios.
Defendimos una política revolucionaria en los sindicatos, contra un sistema de dominación en los ferrocarriles que fusiona al Estado, la patronal y la burocracia sindical.
Esa “trilogía”, según el juez de la causa de Once, fue quebrada por el desarrollo antiburocrático en el Sarmiento, y la izquierda hizo allí otra vez gran elección.
La Bordó de Sobrero obtuvo un 55%, la Verde un 35% y la Violeta (con participación de la Gris) un 10%. O sea que la izquierda obtuvo en el Sarmiento los dos tercios del electorado.
La Lista Gris desarrolló una campaña que le abrió importantes perspectivas dentro del trabajo en el ferrocarril, en primer lugar haciendo reconocer un color propio en varias líneas. Presentamos candidatos en el Sarmiento, Belgrano, Mitre, Tren de la Costa, el Roca, y por muy poco no pudo oficializar una lista de oposición en el Chaco. Abrió relaciones sindicales muy importantes en Ferrosur y Ferrobaires con activistas de Bahía Blanca, Olavarría, Mar del Plata y La Plata, y de todos los ferrocarriles.
Un importante capital organizativo. Los resultados del Mitre y Belgrano los analizaremos en próximos artículos.
Juan Ferro - Jorge Hospital

3 comentarios:

goodman dijo...

Se debe llamar a la unidad y a la solidaridad frente al reapoderamiento inmerecido del pedracismo,que ha triunfado tranquilamente como si no hubiese nada que cuestionàrsele y tener en cuenta el suicidio del divisionismo frente a la crisis y teniendo como ùnico orgullo el de poder enfrentar juntos a la burocracia, las patronales y su gobierno.

goodman dijo...

Hoy los ferroviarios, como toda la clase obrera en general, vuelven a quedar como reenes de una sarta de buròcratas parasitarios y continuadores de los que entregaron el patrimonio pùblico a manos privadas, consumando el màs grande despojo al pueblo argentino sumado al despido masivo de 90.000 ferroviarios,el cierre de ramales y de talleres, realizado en la era menemista y que continùa hasta nuestros dìas,llegàndose a la conclusiòn de que el kirchnerismo es la etapa final del menemismo y ambos, enquistados en los sindicatos, son los encargados de borrar las conquistas laborales y sociales màs elementales, oficiando de sucursales del gobierno.Los pueblos abandonados, el èxodo de habitantes y todo el desastre social que sigue hasta el presente, no podrìan haberse llevado a cabo sin la complicidad de la direccion de la Uniòn Ferroviaria,cuyo color "reverdece", gracias al desconocimiento de nuevas generaciones y para perjuicio de ellas.

Anónimo dijo...

no se les cae ni una gota de autocritica!!