La carta del jefe político de la patota no ahorra elogios a Néstor y a Cristina Kirchner e, incluso, hace propio el planteo de “la unidad de los trabajadores”, que usó CFK en su reunión con los “gordos” y con Gerardo “Batallón 601″ Martínez.
Pedraza se ha convertido en una pieza del entramado que procura armar el gobierno con la CGT, como lo demuestra otra carta, en la que Pedraza desautoriza la adhesión “prematura” de un miembro del consejo directivo de la Unión Ferroviaria a la CGT de Moyano y, renuncia mediante, lleva al sindicato a la “CGT Balcarce”. Pedraza no está promoviendo sus convicciones sindicales, sino negociando su salida de la cárcel con la autoridad política máxima de la Argentina.
El gobierno mantiene a la esposa de Pedraza en el directorio del Belgrano Cargas, que es la caja por donde pasa la mayor parte de los subsidios del Estado. Ni siquiera fue corrida del lugar cuando se conoció que con fondos de esa caja se quiso coimear -gracias al servicio del ex juez Aráoz de Lamadrid- a los jueces que tenían que decidir sobre la libertad de los patoteros de la UF que estaban presos. Un funcionario clave, como es el subsecretario de Transporte Ferroviario, Antonio Luna, sigue en su puesto, incluso después de la masacre de Once y de decenas de accidentes ferroviarios. Luna responde a Pedraza y a Maturano, secretario general de La Fraternidad.
En el juicio, la querella señalará el vínculo entre el crimen de la patota, por un lado, y el manejo corrupto de los subsidios y de las tercerizaciones. Los funcionarios de la Secretaría de Transporte y los empresarios de la Ugofe no estarán sentados el próximo 6 de agosto en el banquillo de los acusados, sólo porque en la Justicia sus responsabilidades están disimuladas en causas paralelas.
En tren de buscar su impunidad, Pedraza es injusto con Moyano. Parece olvidar que en su momento el camionero había denunciado que “hay muchos dirigentes sindicales presos para un gobierno peronista”, en clara alusión a Zanola y al propio Pedraza. El ataque que Pedraza le atribuye a Moyano nunca existió. Se trata, otra vez, de decir aquello que el gobierno quiere escuchar.
En su “carta abierta”, Pedraza se declara inocente; no obstante, no aporta ni una sola prueba en su defensa. Dice que “espera serenamente el juicio oral”, pero sus abogados han llenado la causa de chicanas, y han pedido nulidades para postergar el comienzo del juicio. Afirma que “nunca usó patotas”; sin embargo, el grupo armado que asesinó a Mariano Ferreyra el 20 de octubre de 2010 respondía directamente a sus órdenes. Las inconsistencias de la “carta abierta” desnudan su papel de jefe de una mafia que ejecutó un plan criminal contra los trabajadores en lucha.
Respondamos a la tentativa de Pedraza de obtener la protección del gobierno con una inmensa movilización el próximo 6 de agosto, a Comodoro Py y en todo el país, y con una fuerte campaña durante todos los meses que durará el juicio.
Gabriel Solano
No hay comentarios:
Publicar un comentario