Un 1º de Mayo internacionalista

Tal como rezaba el documento leído en la Plaza de Mayo “...en este 1º de Mayo los trabajadores del mundo responden con huelgas generales, movilizaciones y ocupaciones de fábricas, que se van generalizando a partir del agravamiento de la crisis y de las propias experiencias de lucha...”.
Concluida la jornada internacionalista, los balances de la prensa mundial reflejaron el grado de combatividad que la clase obrera colocó para enfrentar los ataques de los capitalistas y sus gobiernos. El sentimiento común parece sintetizarse en un cartel que portaba un trabajador español: “La crisis: el que la hizo que la pague”. En España, miles de trabajadores se manifestaron en las provincias más importantes para rechazar la reforma laboral y reclamar a los sindicatos una huelga general.
En Grecia se desarrollaron fuertes enfrentamientos con la policía, luego de concluidas las masivas movilizaciones de protesta que poblaron las calles de las principales ciudades contra los planes de ajuste acordados entre el gobierno griego, el FMI y la UE. “Ningún sacrificio, la plutocracia debe pagar por la crisis”, proclamaba una bandera.
También hubo protestas en Bolivia, donde el 1º de Mayo estuvo teñido de huelgas de maestros, policías y trabajadores fabriles en reclamo de un aumento salarial, contra el 5% otorgado por el gobierno de Evo Morales.
Se estima que entre 500.000 y 700.000 personas se movilizaron por las calles de Tegucigalpa, en Honduras, contra el gobierno de Porfirio Lobo. En Estados Unidos, cientos de miles de estadounidenses e inmigrantes marcharon e hicieron actos públicos en unas 80 ciudades contra las deportaciones y en rechazo a la fascista ley SB 1070 de Arizona.
Buenos Aires
Una vez más, la Plaza de Mayo puso de relevancia las reivindicaciones del pueblo trabajador. Las decenas de delegaciones obreras que subieron al palco mostraban una clase obrera en pie de guerra contra los ataques de las patronales y el gobierno, y con una clara disposición a luchar por su independencia política. Trabajadores y delegados de más de 80 gremios fueron los protagonistas de las jornadas: las luchas del Subte, la alimentación, ferroviarios, gráficos, transporte y metalúrgicos. Hubo un lugar especial para los trabajadores de Crítica, quienes con su comisión interna entera están en medio de una huelga por salarios adeudados.
También, desde el palco, hubo un caluroso saludo a la huelga de los trabajadores de Arcor-Córdoba, vanguardia en la pelea por las paritarias y el reclamo salarial.
Una numerosa delegación del Suteba La Plata demostró su inquebrantable lucha contra el fraude cometido por Yasky-Baradel y por la defensa del sindicato en manos de sus trabajadores. Al lado del Suteba La Plata marchó AGD-UBA, otro sindicato clasista que convocó como tal al acto. El movimiento estudiantil estuvo presente a través de la Fuba y los centros de estudiantes que en la última década han sido una rueda auxiliar fundamental en la lucha y en la conquista de los reclamos de los trabajadores, rescatando la histórica unidad obrera estudiantil.
Detrás del palco, un cartel encabezaba la consigna central de la jornada: “Aumento de salarios. Trabajo para todos. No al pago de la deuda externa”. Con estas consignas se dio paso a la lectura de un largo documento único, consensuado entre más de diez organizaciones de izquierda, el cual dio cuenta de la crisis capitalista mundial, reivindicó la organización independiente de la clase obrera, la necesidad de luchar por una nueva dirección en los sindicatos y por un gobierno de trabajadores, para que la crisis la paguen los capitalistas.
Mientras los trabajadores le decíamos no a la deuda, Moyano, de la CGT, realizaba un acto el 1º de Mayo junto a Néstor K en Paraná, reivindicando el uso de reservas para pagar la deuda. Mientras los trabajadores telefónicos eran saludados en su lucha por el salario y contra la flexibilización laboral, Moyano saludaba la ley de medios del gobierno, que le da un jugoso negociado más a las telefónicas que mantienen salarios de miseria.
La CTA, por su lado, hizo un festival sobre avenida Independencia, como si hubiese algo que festejar en medio de una carestía creciente, desocupación y salarios a la mitad de la canasta familiar.

Mariela Solesio