El 7 de abril, en Kilo 5 (De la Serna y el Puente), en la localidad de Gerli -en el sur del Gran Buenos Aires--, donde Ferrosur tiene un predio custodiado por la empresa de seguridad Millenium, la patronal montó un escenario de provocación que no produjo algún muerto por simple casualidad. En el patio de cambio de vías, Eduardo Aviar -un custodio con antecedentes de agresión armada contra otro trabajador- realizó intencionalmente un mal cambio de vía. El jefe de servicio, Carlos Montenegro, al tanto de que se produciría esta maniobra, envió a los custodios Agustín Pereyra, Guillermo Ezequiel y Dimari para modificarla. Estos son recibidos por una lluvia de balas descargada por Aviar, en fingido estado de ebriedad. Los agredidos llamaron al jefe de servicio, quien se desentendió de la denuncia.
El escándalo toma tal dimensión que interviene la policía Bonaerense, la cual detiene a Aviar y a un cómplice llamado Marcomek, quien esconde el arma utilizada para la agresión, la que luego se comprueba que ha sido robada.
El ataque criminal se había producido porque Gabriel Correa, jefe de Patio, le informó a Aviar y a otros que "si seguían los quilombos para pasar a planta permanente, se iban a quedar sin laburo". Este habría sido el motivo "valedero" para que Aviar disparara tres cargadores sobre los agredidos: para que cesen los reclamos del pase a planta -mientras gritaba "tengo más balas para el viejo de mierda", dirigiéndose a Lorenzo Chunquel, delegado del personal, quien reclama junto a la mayoría la efectivización en el Roca.
Las apretadas de los jefes de Millenium ya fueron largamente denunciadas en el Ministerio de Trabajo a Norberto Ciaravino.
Fuera los cómplices de Pedraza de la Secretaría de Transporte y del Ministerio de Trabajo. Que Ugofe sea disuelta por complicidad con la patota asesina, como se desprende de toda la investigación judicial. Fuera la Unión Ferroviaria y La Fraternidad de la gestión ferroviaria.
¡Viva la lucha de los tercerizados!
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