Para enfrentar el ajuste, el tarifazo y defender las conquistas


El anuncio de reducción de subsidios del ministro de Planificación Julio De Vido, junto con el vicepresidente Amado Boudou, de principio de año, inaugura una nueva etapa para el gobierno de Cristina Fernández. Será una etapa de ajuste. Luego de agotadas las arcas del Anses y el Pami para sostener las reservas, pagar deuda externa y sostener a empresas en crisis, la Unión Industrial reclama volver al crédito del exterior y terminar el festival de subsidios con que el gobierno aceitaba su relación con empresarios afines.
Boudou, De Vido, CFK
Al tarifazo en todos los servicios, se sumará el área del Transporte, que insume gran parte de los 80.000 millones de dólares anuales de subsidios. Por eso, el ajuste apuntó a Aerolíneas y un ataque a las condiciones de trabajo de los pilotos, la expulsión de los controladores aéreos del convenio y la amenaza de intervenir al gremio de los técnicos aeronáuticos que reclamaba inversión en el mantenimiento de aviones. Siguió con el traspaso pactado del subte a la Ciudad de Buenos Aires y un aumento salvaje de tarifas. Ahora vendrán el transporte automotor y los ferrocarriles.
La impostura de decir que se quiere proteger a los pobres del ajuste se cae cuando se ratifica a los grupos privatizadores en los servicios públicos, que actúan como saqueadores y parásitos. También se cae cuando aumentan las tarifas al pueblo, en lugar de exigir a los Roggio, Cirigliano, Romero, Macri y otros que absorban los costos no subsidiados.
Mientras el tarifazo pasa, se han liquidado de un plumazo los adicionales de fin de año en organismos nacionales y un decreto habilita la rebaja de ingresos para 300 mil empleados públicos nacionales, mil becarios fueron despedidos del Conicet y 20 mil rionegrinos fueron pasados a disponibilidad. Frente a todo esto, ni la CGT ni Moyano se han pronunciado. Piumato rechazó el decreto por twitter. La Bancaria, sindicato moyanista, firmó un acuerdo salarial de tres cuotas con techo del 18%. Este es el resultado de la política de Moyano.
La propia cúpula de la UF utiliza la cárcel de su patota para decir que no puede ocuparse de los reclamos de los compañeros. Entregó nuestro bono de fin de año, la deuda por tickets, las extras y la jornada de 6 horas para los guardatrenes de Diesel, toda promesa de recategorización y se apresta a firmar el techo del 18% con la misma excusa. Todo el Secretariado Nacional ha hipotecado el sindicato en la defensa de una camarilla que, antes del asesinato de Mariano Ferreyra, ya había entregado decenas de miles de puestos de trabajo con la privatización y el vaciamiento, reconvertida a empresaria y millonaria.
Ante la ofensiva del ajuste y la negociación paritaria en ciernes, reclamamos y llamamos a iniciar una campaña por un Congreso de Bases de la UF para reorganizar el gremio con mandatos de asamblea de todas las líneas, por un reclamo salarial no menor del 30%, un básico inicial de 6.200 (como el que acaban de firmar los aceiteros y equivale al valor de la canasta familiar), con cláusula de ajuste automático por inflación y que incluya la equiparación salarial en camino al convenio único. Para enfrentar el ajuste y los tarifazos.
Jorge Hospital

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