Fue amenazado por un delegado del sector por querer interiorizarse por su situación:"si seguís jodiendo te voy a hacer echar".
El delegado y su séquito confeccionaron informes calumniadores, con el objetivo de removerlo del sector abastecimiento.
La empresa hizo su parte cuando Sívori fue el único que tuvo que rendir explicaciones sobre un conflicto con sus "compañeros" del oficialismo ante una psicóloga del servicio médico. Más tarde también fue el único en su sector al que le realizaron una evaluación psicológica, con el fin de desalentarlo en sus reclamos y poner en duda su estado mental.
Al ir sucediendo estos acontecimientos, Sívori decidió hacer una nota a la Unión Ferroviaria y a la empresa Ugofe reclamando que se le abone de acuerdo con su función, pero aquélla no tuvo respuesta.
Finalmente, fue convocado por Recursos Humanos para decirle que no podía tomar servicio en el almacén del depósito Llavallol, donde trabajaba y que debía ir a entregar las llaves del mismo.
Su nuevo destino iba a ser en el sector evasión de Ezeiza.
El compañero se negó a firmar en conformidad y también a aceptar otras propuestas, como vías y obras, boletería o guardabarrera.
Por todo lo ocurrido, decidió poner su caso en manos de abogados de Causa Ferroviaria y su reclamo concreto es por la restitución de su puesto de trabajo; por la categoría uno (administrativo senior múltiple) y diferencias retroactivas devengadas y el reconocimiento de su antigüedad, ya que trabajó en Ferrocarriles Argentinos y en Metropolitano.
Que se cumpla lo que establece el convenio colectivo de trabajo firmado por el propio José Pedraza y Juan Carlos Fernández.
SD
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