“Ramal que para, ramal que cierra”. Ha hecho historia la famosa frase con que Menem enfrentó las huelgas ferroviarias del '90 y avanzó en su política de desguace y privatización del ferrocarril estatal.
El kirchnerismo sigue la misma vía. Acosado por el déficit fiscal, no cambia de orientación: ha reemplazado al nefasto grupo Cirigliano, por otro grupo concesionario que se lleva los subsidios, pero no invierte en mantener y mucho menos mejorar el servicio.
El viernes pasado un nuevo accidente se ha producido en Floresta –un tren arrolló a una camioneta, sin víctimas fatales de casualidad– por falta elemental de un banderillero (a compañeros tercerizados que hacían ese trabajo los están sacando del ferrocarril porque reclaman su pase a planta permanente). La variable del ajuste K es el trabajador y la población.
La nueva concesionaria ha planteado levantar "por falta de seguridad" los ramales de Merlo-Lobos y Moreno-Mercedes que son recorridos por trenes Diesel, durante dos o tres meses, para repararlos. En la última quincena, han sido levantados los coche-motor que hacían servicios diferenciales (más caros) entre Mercedes-Once y Castelar-Once. También han disminuido los trenes eléctricos: hay en funcionamiento 14 formaciones del eléctrico en lugar de las tradicionales 24.
Los ferroviarios y los vecinos de los ramales temen con razón que se trate de un nuevo desguace. Hace mucho que los diversos concesionarios vienen levantando los servicios del ramal Merlo-Lobos: la mitad de las formaciones se suspende diariamente. Ya hace unos meses se quiso eliminar los talleres de reparación de los Diesel (Liniers y Haedo), lo que fue cancelado por la movilización obrera.
¿De qué plan hablan cuando en la red central del eléctrico, que ha suspendido sus viajes nocturnos para posibilitar una reparación de las vías y material rodante, se avanza a menos de 100 metros diarios? No hay inversión significativa, sólo maquillaje.
Proponemos una intervención obrera inmediata del servicio Merlo-Lobos. Que quede a cargo de trabajadores idóneos (que no hayan estado en las jefaturas ferroviarias en la época del desguace férreo) y con experiencia en el área de tráfico. Elegidos por la asamblea de los trabajadores ferroviarios, que puede destituirlos ante incumplimiento de sus deberes, formen una comisión técnica y administrativa que tenga a cargo la realización de los diagramas de los servicios con base operativa en la cabecera Estación Merlo donde cuente a la vez con un plantel de trabajadores a órdenes por cualquier eventualidad; conductores, guardas, cambistas, operador y mecánicos.
Que se disponga desde la Secretaría de Transporte un presupuesto netamente para el ramal servicio Diesel donde esté contemplado:
a. la compra o reparación inmediata, a nuevas, de tres locomotoras para poder garantizar el servicio a la población,
b. la renovación de vías (jamás se cambiaron) y es la segunda causa de demoras o cancelaciones por descarrilamiento,
c. invertir en el sistema de señalización para evitar accidentes.
d. la creación de una comisión reguladora conformada por ferroviarios y usuarios, que tengan las facultades de realizar auditorías sobre el presupuesto y las inversiones, y también un control sobre el cumplimiento de los cronogramas de servicio.
Las promesas del gobierno y sus "intervenciones" son pura cháchara tendiente a defender a los funcionarios y capitalistas corruptos que juegan con la seguridad y las condiciones de vida del pueblo trabajador.
La asamblea de los trabajadores del Sarmiento, realizada el viernes 31 de agosto, resolvió parar y movilizarse si se cierran los ramales. No esperemos a que esto ocurra. Pasemos a la ofensiva reclamando por los derechos del pueblo.
Rafael Santos
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