En nuestro blog, publicamos un acta secreta firmada entre la Unión Ferroviaria y Metropolitano, luego ratificada por Ugofe, que asigna a los representantes sindicales liberados del servicio una remuneración salarial equivalente a la categoría máxima de los supervisores, en un claro ejemplo documentado de corrupción sindical. También publicamos la estafa de 100.000 pesos a los ferroviarios que fue el «brindis» de fin de año de la Línea Roca organizado por la Comisión de Reclamos y el «Gallego» Fernández, secretario administrativo del gremio.
Ahora, una asamblea autoconvocada de compañeros de Control sobre Trenes, en Ezeiza, acaba de denunciar la corrupción de un delegado que gestionó la categoría cuarta para los encargados del sector y para sí mismo, aunque no lo fuera. Amén de cobrar horas nocturnas diarias sin trabajarlas.
La asamblea exigió a otros delegados que la conducta de Fabián Luna fuera denunciada a la Comisión de Reclamos. En presencia de un cuerpo de delegados honesto, hubiera significado el pedido de su renuncia al cargo. Pero a este tigre ya no le hace nada una mancha más. Prefirieron ubicarlo en tareas de encargado para justificar la categoría y hacer la vista gorda del resto de las acusaciones.
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