TERCERIZADOS DEL ROCA: Por una lucha a fondo

Elección de delegados por abajo y bloqueos de boleterías en Mapra; surgimiento de oposición a los delegados patronales en el tramo Avellaneda-Korn y asambleas en el tramo Temperley-Ezeiza en Ecocred; asambleas en Aumont, en Confer; la lucha inquebrantable de los despedidos de Ecocred y Unión del Mercosur.
Todo refleja un estado de deliberación que coincide en un punto: el reclamo general de incorporación al convenio ferroviario.
Pesa fuerte la historia. Todos los compañeros son conscientes de que, enfrentando la complicidad de la burocracia verde de la UF con la patronal y los sucesivos gobiernos, los tercerizados de la era Metropolitano lograron incorporarse al convenio ferroviario y conquistar una estabilidad laboral y un sueldo que, en algunos casos, duplica la miseria que pagan las contratistas.
La lucha de los compañeros pone al desnudo la hipocresía de los festejos de un Bicentenario de entrega, endeudamiento, miseria y precariedad laboral.
Como parte de un plan de lucha que se profundiza, el lunes 5 de julio se realizó un bloqueo de boleterías en Plaza Constitución. Participaron alrededor de cien compañeros entre tercerizados y miembros de las agrupaciones ferroviarias opositoras a la burocracia verde de Pedraza y Fernández. Los compañeros difundieron el reclamo de reincorporación de los despedidos y pase a planta permanente de todos ante las cámaras de Canal 26, Todo Noticias y América 24, entre otros medios televisivos y radiales.
Este bloqueo fue votado en las asambleas que vienen realizando los compañeros tercerizados. En éstas, Causa Ferroviaria planteó la necesidad de un plan de lucha a fondo, combatió las ilusiones en el papel del Ministerio de Trabajo expresadas por una abogada de la agrupación Desde Las Bases e inculcadas en los compañeros de Aumont por el gremio de Maestranza. La lucha política expresada en estas asambleas y la firme decisión de los trabajadores tercerizados rompió con la militancia sistemática de Desde las Bases contra el corte de vías y abrió curso a una nueva etapa, decisiva, para esta lucha.

La CTA divide
En Mapra, del grupo Roggio, un sector de los trabajadores votó delegados. Frente a las amenazas de despido de uno de los delegados, los compañeros realizaron bloqueos de boleterías y otras acciones apoyadas por la CTA.
Sin embargo, el viernes 18 de junio estaba programado un bloqueo de boleterías del cual participarían todos los despedidos de las demás empresas y las agrupaciones ferroviarias que intervienen en esta lucha.
Llegado el momento, en una asamblea en Plaza Constitución, los delegados de Mapra informaron que levantaron la medida por una promesa de no despedir al compañero y, a partir de ese momento, se abrieron de una lucha conjunta con los demás tercerizados.
Como en el resto del movimiento obrero, la CTA es un factor de división de los trabajadores, más ahora que Yasky, su máximo dirigente, se encuentra en alianza estrecha con Moyano. Rechaza toda acción común y tampoco promueve el reclamo de incorporación al convenio ferroviario en función de sostener su ignoto sindicato paralelo de seguridad. Es decir que pone su interés de aparato por encima de la conquista en salario, estabilidad y progreso laboral que significaría para los compañeros. Por eso no realiza asambleas entre los trabajadores sino que los delegados se mueven con el solo ”consejo” de los asesores de la Central.

Herso
En esta tercerizada del grupo Emepa, los despidos fueron masivos y recurrentes. Una cuadrilla entera de alrededor de 50 compañeros, que trabajaba en Glew, fue despedida hace pocos meses. Los compañeros, encuadrados en el convenio Uocra, fueron organizados por otro sindicato paralelo, el Sitraic, también alineado en la CTA. Con el mismo criterio divisionista, la dirección del sindicato apartó a los compañeros de una lucha común, pero además no convocó a acción alguna. Es decir, un sindicato paralelo para no luchar.

Aumont
Estuvieron a la vanguardia de los tercerizados. En sus debates tenían la firme convicción de luchar por el pase a planta permanente de todos e hicieron punta en plantarse contra el despido de 20 compañeros con contrato a prueba.
Sin embargo, decidieron acudir a la burocracia de Maestranza, el gremio al cual fueron encuadrados para burlar el convenio ferroviario. Aunque el gremio no tomó medida alguna, les dijeron que el Ministerio resolvió la conciliación obligatoria y que esta medida les impedía continuar la lucha.
A pesar de que este ardid fue desenmascarado por anticipado por un compañero de Causa Ferroviaria en una asamblea del día anterior, los compañeros, confundidos, se dividieron en qué hacer y levantaron la lucha.
Un tropezón no es caída. El objetivo de la reincorporación de los despedidos debe seguir en pie.
Hay que aprender de la lección. Ni un gramo de confianza en la burocracia ni en el Ministerio de Trabajo, agentes del gobierno y las patronales.