Después de dos años sin tocar el mínimo no imponible de ganancias sobre los salarios, el gobierno kirchnerista lo elevó en un 20%, menos de la mitad de la inflación del período.
Se trata de una confiscación que llegó a involucrar un millón y medio de trabajadores. Aunque ahora baje ese número, con los meses se irá incrementando con las cuotas de los aumentos firmados en las paritarias.
La CGT de Moyano había pedido un reajuste del 60%, lo cual es lógico porque estamos hablando de la inflación pasada y la futura, de los reajustes salariales pasados y de los futuros de los próximos dos años. Pero ahora fue a recibir la noticia dócilmente, de la misma manera que aceptó dócilmente el tope de aumento para su gremio de 24%, uno de los más bajos del movimiento obrero. De la misma manera que dice que no hay plata para pagar el 82%, cuando la Anses usa sus fondos para la deuda externa y los subsidios a los capitalistas.
Digamos basta al impuesto al salario. Tenemos que realizar asambleas, plenarios de delegados con mandato y asambleas generales ferroviarias para rechazar esta estafa y salir a luchar por la defensa de los aumentos conquistados que hoy nos roban para pagar deuda externa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario