"¡Fuerza, Elsa! Compañeros: sigan luchando, un abrazo grande a todos".
El mensaje de texto llegó al hospital Argerich desde Santa Cruz. Lo enviaba Rosa Rasuri, abogada de los presos de Las Heras, de los petroleros y desocupados del norte provincial. El mensaje del Sur se suma a las decenas de mails y cartas que le llegan, todos los días, a nuestra compañera Elsa Rodríguez. El plantón solidario se hace ver en los carteles y banderas que empiezan a ganar lugar en las puertas y pasillos del hospital.
Como parte de este movimiento, varios sindicatos y federaciones estudiantiles comenzaron a juntar fondos para sostener la resistencia de Elsa.
En el mediodía de este miércoles 3, los médicos del hospital nos informaron de algunas mejoras en la condición de nuestra compañera. Destacaron la movilidad de algunos de sus miembros y la recuperación parcial de funciones respiratorias. Ello, dentro del cuadro de gravedad planteado por la bala criminal que ha ingresado en su cerebro. La luchadora que Elsa es, con su militancia férrea, sus siete hijos y sus dos nietos a cargo, se deja ver en la pelea que lleva adelante por su vida.
La historia militante de Elsa está presente en las innumerables delegaciones del Polo Obrero, del Plenario de Trabajadoras, de la militancia de todo el PO que se acerca al hospital.
El lunes pasado, los médicos de Tribuna de Salud se entrevistaron con la dirección del hospital Argerich y recibieron detalles sobre la salud de Elsa y los cuidados recibidos. Los trabajadores de la salud, médicos y no médicos del hospital, han dejado ver su solidaridad en el empeño cotidiano que ponen para asistir a Elsa y contribuir a su evolución.
En la calle, en las puertas de las fábricas y colegios, estamos librando la batalla por el juicio y castigo a la patota criminal y a sus instigadores. En el Argerich, con Elsa a la cabeza y muchos compañeros con ella, se está librando la otra batalla, que al final es la misma: la lucha por la vida.
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