Oscar ingresó en el Roca en 2003, en una tercerizada (Poliservicio); en 2004, pasó a planta permanente, en 2008 lo trasladaron a la estación Illia del Belgrano Sur por persecución laboral. Vivía en La Plata y le asignaron trabajo con horarios rotativos en Laferrere (La Matanza). Cuando se negó (2010), no le permitieron tomar más servicio.
Guillermo se desempeñó en boletería en estaciones del Roca y fue parte del conjunto de compañeros (no sólo tercerizados, también de planta permanente) que no se doblegaron ante la persecución laboral y a los que se les fueron armando legajos con suspensiones hasta ser despedidos.
Oscar Gómez ha sido electo por asamblea para integrar la comisión negociadora que debe reunirse con la patronal y el ministerio.
Los compañeros relatan que esta no es una historia sólo de gente jodida. Detrás de una política ruin de patrones de estancia que hacen y deshacen a su antojo, hay intereses económicos de camarillas que se armaron desde la privatización hasta aquí: la Unión Ferroviaria (UF) y Antonio Luna (ex directivo de La Fraternidad, subsecretario de Transporte) se dividen la bolsa de trabajo que caprichosamente pone y saca trabajadores de las tercerizadas, que tienen contrato con el ferrocarril. Las tercerizadas sobrefacturan por desmalezar, limpiar coches, hacer tareas de Vía y Obra y mantenimiento. La diferencia entre lo que el Estado paga por cada trabajador tercerizado y el salario que éste recibe constituye una caja millonaria (ahora, ha aparecido una competencia para los gremios en Berazategui, donde cooperativas del Argentina Trabaja organizadas por la intendencia, forman parte de las tercerizaciones del trabajo de albañilería). La selección del personal queda en manos de la burocracia sindical, le suministran una clientela cautiva –si puede– para movilizar o hacer de patota. En esta tarea de perseguir a trabajadores se destaca un hombre de Taselli, el abogado Pablo Díaz, responsable de Recursos Humanos, un elemento dedicado a armar e inventar las peores situaciones a los compañeros para sacarlos del medio y despedirlos. La ilegalidad y la precarización laboral son acompañadas por una política de discriminación sindical: hay quienes pueden afiliarse a la UF aunque sean tercerizados, y hay compañeros de planta permanente a los que la burocracia no afilia.
– ¿Cuál fue la razón de que un corte de vías tan extendido en el tiempo y con una cifra récord de trabajadores sobre la vía no pudo conquistar la reincorporación de todos los despedidos y el pase a planta?
Oscar: Creo que fue un error correr a los compañeros al costado para negociar, lo lógico hubiera sido negociar bajo la presión del corte.
– ¿Cómo van las negociaciones y cuál es la perspectiva?
– La movilización del 29 abrió una instancia de negociación con una entrevista esta semana. Lo importante es que la base está muy fuerte, porque tiene una experiencia de muchos años de manoseo. Vamos a empeñarnos por la reincorporación y el pase a planta equiparando a todos con la categoría inicial del convenio de la UF.
L. M.
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